En 2024, Santander y BBVA han batido récords históricos en cuanto a despidos derivados de denuncias internas. Este dato, más allá del titular llamativo, refleja una tendencia clara: el canal de denuncias se está consolidando como una herramienta estratégica de mejora continua, cultura ética y control de riesgos en grandes organizaciones.
De obligación legal a ventaja competitiva
Desde la entrada en vigor de la Directiva Whistleblowing en 2023, las empresas con más de 50 empleados están obligadas a disponer de un canal de denuncias interno. Pero algunos líderes del sector financiero, como Santander, BBVA y Telefónica, han ido un paso más allá al convertir esta obligación en una oportunidad para reforzar su cultura organizacional.
- Santander recibió 4.437 denuncias en 2024, que se tradujeron en 393 despidos y 715 medidas disciplinarias.
- BBVA, por su parte, gestionó 2.590 denuncias, resultando en 169 despidos, la mayoría por acoso o comportamiento indebido.
- Telefónica, pionera en implantar este canal en 2016, recibió casi 1.000 denuncias en 2024, aunque este año no ha hecho públicos los datos de despidos.

Estas cifras muestran que los canales de denuncia no son solo un mecanismo reactivo para cumplir con la ley, sino una vía activa para detectar fallos, comportamientos inapropiados y riesgos reputacionales antes de que se conviertan en crisis.
Transparencia y cultura ética: el nuevo estándar
La decisión de publicar de forma transparente los resultados del canal de denuncias, como hacen Santander y BBVA, envía un mensaje poderoso: la ética no se negocia. Este nivel de compromiso fomenta un entorno laboral donde los empleados sienten que pueden hablar sin miedo a represalias y donde se actúa ante los hechos.
Además, la tipología de las denuncias (acoso, fraude, corrupción) demuestra que el canal sirve para aflorar problemas estructurales que, de otro modo, podrían haberse cronificado o silenciado.
El canal como sistema de mejora continua
Más allá de la función disciplinaria, el canal de denuncias bien gestionado permite a las organizaciones:
- Identificar patrones de conducta indebida
- Prevenir riesgos legales y reputacionales
- Corregir malas prácticas
- Fortalecer el clima laboral
- Mejorar procesos y protocolos internos
En esencia, se convierte en un termómetro cultural que ofrece feedback directo desde el núcleo de la organización.
Denunciar no es castigar, es construir
El aumento de denuncias y despidos no debe interpretarse como un síntoma de deterioro, sino como una señal de que los sistemas internos funcionan y que las empresas están dispuestas a actuar. Un canal de denuncias efectivo no es aquel que no recibe casos, sino aquel que los gestiona con rigor, confidencialidad y compromiso con la integridad.
ithikios: más allá del canal de denuncias
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